miércoles, 10 de diciembre de 2008

El paseo de los tres teatros



El recorrido de uno de mis paseos favoritos pasa por los restos de los tres teatros del antiguo Campo de Marte.
Para empezar, el Teatro de Pompeyo, al que podemos llegar por alguna de las calles de Campo dei Fiori. Este teatro fue el primero permanente (y también una de las primeras construcciones de mampostería de la Urbs. Se empezó a edificar hacia el 61 a.C, y era de enormes dimensiones, capaz de acoger a 18.000 espectadores. Según la tradición, allí fue asesinado Julio César. Apenas quedan hoy restos visibles del teatro: parte del pórtico anexo, junto a las ruinas del área sacra, vestigios de la curia en la bodega del restaurante Da Pancrazio, en la cercana Piazza Biscione... y la Via di Grotta Pinta, toda ella un resto de gran valor, pues los edificios de la calle siguen fielmente la curva de la cávea.
Muy cerca, al otro lado del Largo Argentina estaba el Teatro de Balbo, dedicado en el año 13 a.C. por el banquero Cornelio Balbo. El complejo del teatro y de la Cripta de los Balbos son ahora una de las sedes del Museo Nazionale Romano. Los restos de los antiguos edificios se pueden entrever desde los ventanales del museo, en la Via delle Botteghe Oscure.
Y desde la plaza, callejeando por el ghetto, llegamos al magnífico Teatro de Marcelo, comenzado por César e inaugurado en el año 13 a.C por Augusto, que dedicó a su sobrino y heredero. Muy bien conservado, es posible apreciar la parte exterior de la cávea y restos de la fachada original. Este edificio se incorporó a una fortaleza medieval y, más tarde, fue parte del Palazzo Savelli. Probablemente ese aprovechamiento a través de los siglos es lo que ha hecho posible que hoy llegue a nosotros, para que podamos hacer de sus piedras y su luz la meta de nuestros paseos romanos.

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