domingo, 22 de marzo de 2015

Roma de Maratón

"Algún día iré a correr el Maratón de Roma", me dijo mi hermano. Y este ha sido el año: con su novia al lado y nuestra guía en la maleta, ha volado a mi ciudad, cargado de fuerza y de ilusiones.
Y hoy, el domingo del Clásico, el de las elecciones andaluzas, es también el día de la Maratona di Roma.
42 km en el asfalto romano, los foros imperiales, el Circo Massimo, la pirámide, el río hacia el foro itálico... Y luego Navona, el Corso, el Popolo, Vía Nazionale, todo... Un recorrido magnífico, un círculo que comienza y acaba en la Via de los foros imperiales, donde se celebraban los desfiles triunfales. Y es que nada hay hoy más parecido a un triunfo que acabar una maratón.
Me hubiera gustado mucho estar hoy allí, animarles, verles pasar esforzados por las calles del centro, sufrir en las cuestas de las colinas, cobijarse bajo los pinos para beber sin detenerse, padecer sobre los sanpietrini... Y al mismo tiempo, desconcentrarse ante tanta belleza, y superarse a sí mismos, obligarse a seguir corriendo ante las piedras romanas, insensibles al esfuerzo, desdeñosas, impávidas, que estaban antes de que tuviéramos ilusiones y permanecerán cuando ya nadie recuerde nuestras pequeñas gestas.
Pero la de hoy no ha sido pequeña. ¡Enhorabuena, brother!