lunes, 19 de agosto de 2013

Estate romana

Estamos en plena canícula. En lo más duro del duro agosto. No es el mejor momento para disfrutar de la vida romana, pero aun así hay actividades muy tentadoras para pasar una bella estate romana.
Durante el verano, en la ciudad, el río se convierte en protagonista: la gente pasea en los barcos turísticos, buscando el fresco de la noche. O se dan cita en los kioskos o terracitas que se encuentran en las orillas del Tíber, en los lungotevere, para disfrutar de una copa, un helado o mejor, una granita o una grattachecca... Atentos, que no es lo mismo: la granita, el conocido granizado, de origen siciliano, se hace con zumo o sirope mezclado y congelado. Pero la grattachecca, típica romana, es otra cosa: se consigue tras raspar, grattare un gran bloque de hielo. Y sólo una vez relleno el vaso con ese hielo, se añade el sirope o el zumo, que no es de limón o café, sino de amarena, coco, tamarindo, menta... tantos sabores que evocan la Dolce Vita Romana.
¿Y qué decir de la opción de salir por la noche simplemente a tomar un cornetto o una brioche rellena de helado? Pasear sin rumbo mientras charlas o subir a un mirador y disfrutar de la noche romana. Pocas cosas hay más impactantes que esas vistas...
Quienes prefieran algo más sofisticado apreciarán el nuevo Baja sotto ponte Nenni, una terracita sobre el río, a pocos pasos de la piazza del Popolo, donde se puede tomar un aperitivo o cenar platos de alta cocina, en una decoración de diseño, que es lo último delle serate romane 2013.
En la Isola Tiberina, dos opciones muy distintas: la terraza del Havana Club, para quien busque diversión, música y una copa, o el Caffe Letterario delle Edizioni E/O, con una interesante oferta cultural. ¿Qué prefieres?
Y es que Roma siempre apetece, incluso cuando no apetece nada.