sábado, 27 de junio de 2009

Una excursión refrescante. Tívoli


Son muchas las excursiones que se pueden hacer desde Roma. Entre los destinos más cercanos está Tívoli. La antigua Tibur de época romana, a orillas del río Anio, ofrece al visitante antiguos templos, fortalezas medievales, palacios renacentistas e iglesias barrocas... y dos grandes monumentos, patrimonio de la humanidad: las ruinas de la famosa Villa Adriana, el retiro favorito del emperador y Villa D'Este, un magnífico ejemplo de la mejor arquitectura italiana del cinquecento.
Villa D'Este fue encargada por el cardenal Hipólito II de Este, hijo de Lucrecia Borgia. El cardenal, nombrado gobernador de Tívoli por el papa, reconstruyó por completo la antigua villa, y para ello contó con los mejores arquitectos, ingenieros y artistas de la época, encabezados por Pirro Ligorio.
El resultado de ese trabajo fue un suntuoso palacio rodeado de unos espléndidos jardines dispuestos en terrazas, en los que el agua es la protagonista absoluta: las fuentes, las cascadas y los juegos de agua (como el famoso “órgano de agua”) que decoran Villa D’Este son un alarde de ingenio. Los umbrosos jardines, el rumor del agua y la belleza del lugar hacen de Villa D'Este una excursión especialmente aconsejable en una tarde estival.
El conjunto está abierto durante todo el día: en los meses de verano se puede entrar desde las 8:30 hasta las 18:45. Además, es fácil llegar a Tívoli en tren, desde Termini (línea Roma-Pescara). Merece la pena.

domingo, 21 de junio de 2009

Roma con pochi soldi


Es tiempo de nostalgias y reencuentro con amigos del pasado. Hace ahora 25 años que acabamos el COU. También hace ahora 20 años que, llenos de ilusión y con muy limitados recursos, unos estudiantes recién licenciados ponían rumbo a Roma, para participar en las excavaciones de la cercana Fregellae, a las órdenes de un eminente arqueólogo de Perugia, el Dr. Coarelli.
Aprendimos muchas cosas, sobre arqueología, sobre historia... y también sobre nosotros mismos. Nos divertimos, conocimos a mucha gente, jóvenes universitarios como nosotros, practicamos idiomas... y disfrutamos de Roma al máximo. No sólo íbamos cada fin de semana, sino muchas tardes, cuando no teníamos nada más urgente que hacer, tras la ducha y la frugal comida, nos escapábamos y cogíamos el tren desde Ceprano a Termini, y el trayecto de vuelta pocas horas más tarde. Y cuando acabó nuestro trabajo, conseguimos quedarnos en la ciudad una semana más, alargando un dinero que no teníamos.
¿Cómo sobrevivíamos en Roma, sin perdernos ni un museo, ni una ruina?
- Nos alojábamos en las pensiones baratas cercanas a la estación. La mejor era la pensione Palestro: il signore nos conocía y nos guardaba una habitación grande y limpia, donde podíamos dormir cuatro o cinco.
- Un desayuno con energía para afrontar el día: café y un panino en algún bar de Via Nazionale.
- Para comer, fruta de los puestos de la calle, ensaladas del buffet de Mac Donalds, tramezzini de bar o un trozo de pizza al taglio. Si no habíamos gastado mucho durante el día, alguna noche nos dábamos un capricho: una pizza en Il Leoncino o una cerveza con salchicha en la Peroni.
- Para beber, el agua fresca de las fuentes de las calles.
Los amigos de Rafa: Daniela, Sabrina, Andrea... nos acogieron con la mejor disposición, y nos hicieron gustosos de chóferes y guías esos días (y aquellas noches). El foro estaba abierto de la mañana al tramonto, y Roma era toda nuestra, ese verano del 89.

miércoles, 10 de junio de 2009

Noches romanas


Roma se prepara para el verano. Las noches de junio invitan a salir, y los romanos lo hacen. Yo también lo haría en mi vida romana, e iría donde van todos en estos días: al Tíber.
En el buen tiempo siempre ha habido pequeños puestos en la orilla del río, donde se vendían refrescos o granite de frutas. Y el paseo en barcaza por el Tíber es un clásico de las noches estivales (nos recuerdo en el barco, cantando con Daniela y su guitarra, una noche de hace ya muchos años, una más de nuestras noches romanas...). Pero ahora, es precisamente allí, en el río, donde está el ambiente romano. A lo largo de la orilla se suceden las terrazas de los locales de moda de la ciudad, que se han mudado a sus cuarteles de verano junto al Tíber. Cenar, tomar una copa, ver ponerse el sol escuchando música... todo esto es posible en las noches de este verano romano. ¿A que apetece?

jueves, 4 de junio de 2009

Llegan los exámenes

Si no fuera por los exámenes, junio sería el mejor mes del año. Los días largos, las noches cálidas, la ropa de verano y, sobre todo, la promesa de las vacaciones nos ponen de buen humor. Pero los libros no se dan por vencidos. Ya casi no queda nada... pero a veces queda lo peor.
Nos afecta a todos. Los pequeños, cansados e inquietos por las notas. Los que ya pasamos esa etapa y ahora nos examinamos a diario, recordando cómo nos sentíamos (algunas veces aún me despierto sobresaltada pensando que se me ha olvidado repasar algo...).
Pero son jóvenes y adolescentes los que llevan la peor parte. Venditti, banda sonora de mi vida, lo fue también de muchos de mis exámenes: Notte prima degli esami describe perfectamente todas esas sensaciones y, además, es una canción preciosa.
Dedicada especialmente a quienes, como Ángela, están haciendo un último esfuerzo. Ánimo.
El vídeo no es muy bueno, pero reproduce un concierto del año 88, cuando nosotros todavía teníamos tantas noches antes de exámenes...