miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una visita al Palazzo Altemps


Cuando pienso en este museo, me viene a la cabeza una tarde de invierno, en que Graciela y yo deambulábamos por las salas desiertas, descubriendo tesoros que ignorábamos que estaban allí. Y es que tras años de restauración, el Palazzo Altemps se ha convertido en Museo Nacional de Arqueología y depende de la omnipresente Soprintendenza Archeologica de Roma.
Las dependencias de este palacio renacentista, propiedad de la familia del cardenal Altemps, han pasado por muchas vicisitudes hasta albergar hoy la magnífica colección Ludovisi, que comparte el museo con otras estupendas colecciones de arte clásico, egipcio y asirio.
A pesar de su céntrico emplazamiento (está en la Via Sant’Apollinare, a dos pasos de Piazza Navona), el Altemps es uno de los grandes desconocidos de Roma. Sin embargo, la posibilidad de contemplar in situ (y sin agobios), el Trono Ludovisi, el Galo moribundo o el Antinoo Altemps bien merece la visita.
Y si el contenido del museo es estupendo, el continente, con el patio, la loggia dipinta y los frescos y artesonados de las salas, no le anda a la zaga.
Si queréis perder de vista las hordas de turistas y disfrutar tranquilamente de la belleza de la mejor escultura clásica, el Altemps es vuestro destino. El museo abre de martes a domingo, desde las 9 a las 19:45. Un buen refugio vespertino.

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