viernes, 21 de noviembre de 2008

Saluda al Pasquino


Viernes noche. Si estuviera en Roma, saldríamos fuera a cenar. Pero antes, habríamos dado una vuelta por el quartiere: algo sencillo, como un paseo por los aledaños de la Piazza Navona, para luego ir a tomar un vino a alguno de los bares de la Via del Governo Vecchio... haciendo una parada para saludar a Il Pasquino, una de las estatuas parlantes de Roma, la más famosa y quizá también la más utilizada, pero no la única.
Estas estatuas, a menudo restos de grupos escultóricos más amplios (el Pasquino es un torso de un guerrero griego de época helenística), se usaron desde el siglo XVI por la siempre crítica sociedad romana para transmitir sus mensajes satíricos o sus denuncias a los desmanes de los más poderosos. ¿Cómo? Pues con carteles y cartas que colocaban sobre la estatua, colgando de su cuello o pegados en la base.
Nada escapa al ojo crítico del Pasquino: aun hoy podemos ver en él carteles de este tipo, sacando punta a cualquier cosa. Un vestigio de otras épocas, donde a pesar de la falta de libertad y las limitaciones, los romanos encontraban la forma de manifestar su crítica o descontento. Aunque para ello fuera preciso hacer hablar a las piedras.

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