domingo, 21 de febrero de 2010

La iglesia de Santa Elena


Este primer domingo de Cuaresma os prongo una actividad diferente, salir del centro y visitar una de las iglesias más curiosas de Roma: la Basílica de Santa Croce in Gerusalemme. La iglesia se alza en el mismo lugar donde estaba el palacio de Elena, la madre del emperador Constantino, el mismo que, tras su conversión, hizo del cristianismo la religión oficial de Roma y el imperio.
No fue ajena a todo ello su madre, Elena, cristiana de origen britano que fue personalmente a los lugares donde vivió Jesús y trajo consigo numerosas reliquias, entre ellas, el leño de la cruz que veneraban los cristianos en Jerusalen. Percisamente para albergar esas reliquias ordenó construir la iglesia de Santa Croce, donde todavía se siguen venerando.
¿Es la misma cruz en que murió Jesús? ¿Son los clavos o las espinas con los que fue atormentado? No lo sé... y no me importa: lo que es cierto es que si son falsificaciones, son también antiquísimas (al menos, del siglo III) y que su contemplación impone y sigue invitando a la reflexión. Yo soy muy poco amiga de este tipo de cosas, pero realmente en la iglesia de Santa Croce se respira un ambiente especial.
Dejando a un lado las cuestiones religiosas, la propia iglesia en sí tiene un valor indudable. Aunque apenas quedan restos de las construcciones primitivas, y el edificio, con capillas renacentistas y barrocas, alberga grandes obras: mosaicos renacentistas, frescos de Melozzo da Forli, pinturas de Rubens o Corrado Giaquinto, esculturas barrocas... y un suelo espectacular.
El conjunto se completa con un orto monastico, la huerta del convento, alojada en el interior de los restos del antiguo anfiteatro castrense,que hoy cultivan los monjes, en un ejemplo de agricultura biológica: es posible visitarlo, y también comprar mermeladas, dulces... elaborados con los frutos de esta huerta.
Si tenéis tiempo, merece la pena subir al Esquilino y visitar esta zona, aledaña a las murallas aurelianas. No os dejará indiferentes.

lunes, 8 de febrero de 2010

Un hotel en Roma


Me preguntan por un hotel céntrico y recomendable en Roma. No es fácil: apenas conozco los hoteles romanos, pues en nuestra vida romana actual nos solemos alojar en un apartamento y en la pasada, nos contentábamos con los soggiorni de la zona de Termini.
Además, los hoteles italianos no son comparables a los españoles: lo que allí tiene cuatro estrellas está muy por debajo de un hotel español de tres.
Aun así, hay un hotel muy bien ubicado y que creo presenta una relación calidad/precio bastante aceptable: es el Hotel Pace Helvezia. Si no se visita Roma en plena temporada turística, se puede conseguir habitación a buen precio en este hotel, bastante elegante y desde luego, muy bien situado. Las habitaciones son pequeñas, pero en la azotea tiene una terraza desde la que se pueden disfrutar unas vistas espectaculares.
En las agencias proponen a menudo hoteles en Via Veneto o Parioli: para mi gusto están demasiado excéntricos, y lo mismo sucede con los que están en la zona del Laterano o en el Esquilino. Y no hablemos de Prati, Aurelio-Monteverde o el Vaticano.
Antes que ir a alguno de ellos, buscaría un bed&breakfast en la zona de Campo dei Fiori o, mejor aún, por Piazza Navona o el Panteon. Trevi también es una buena opción. No tendrán lujos, y serán caros para lo que ofrecen (me temo que ése es es un mal común en la hostelería romana), pero al menos estaréis en pleno centro. Venere es un buscador de alojamientos, donde quizá encontréis algo interesante...
Ahora bien, si el dinero no es un problema, os recomiendo el Hotel Raphael o el Sole al Pantheon. Quien sabe, a lo mejor hay una oferta...