domingo, 21 de junio de 2009

Roma con pochi soldi


Es tiempo de nostalgias y reencuentro con amigos del pasado. Hace ahora 25 años que acabamos el COU. También hace ahora 20 años que, llenos de ilusión y con muy limitados recursos, unos estudiantes recién licenciados ponían rumbo a Roma, para participar en las excavaciones de la cercana Fregellae, a las órdenes de un eminente arqueólogo de Perugia, el Dr. Coarelli.
Aprendimos muchas cosas, sobre arqueología, sobre historia... y también sobre nosotros mismos. Nos divertimos, conocimos a mucha gente, jóvenes universitarios como nosotros, practicamos idiomas... y disfrutamos de Roma al máximo. No sólo íbamos cada fin de semana, sino muchas tardes, cuando no teníamos nada más urgente que hacer, tras la ducha y la frugal comida, nos escapábamos y cogíamos el tren desde Ceprano a Termini, y el trayecto de vuelta pocas horas más tarde. Y cuando acabó nuestro trabajo, conseguimos quedarnos en la ciudad una semana más, alargando un dinero que no teníamos.
¿Cómo sobrevivíamos en Roma, sin perdernos ni un museo, ni una ruina?
- Nos alojábamos en las pensiones baratas cercanas a la estación. La mejor era la pensione Palestro: il signore nos conocía y nos guardaba una habitación grande y limpia, donde podíamos dormir cuatro o cinco.
- Un desayuno con energía para afrontar el día: café y un panino en algún bar de Via Nazionale.
- Para comer, fruta de los puestos de la calle, ensaladas del buffet de Mac Donalds, tramezzini de bar o un trozo de pizza al taglio. Si no habíamos gastado mucho durante el día, alguna noche nos dábamos un capricho: una pizza en Il Leoncino o una cerveza con salchicha en la Peroni.
- Para beber, el agua fresca de las fuentes de las calles.
Los amigos de Rafa: Daniela, Sabrina, Andrea... nos acogieron con la mejor disposición, y nos hicieron gustosos de chóferes y guías esos días (y aquellas noches). El foro estaba abierto de la mañana al tramonto, y Roma era toda nuestra, ese verano del 89.

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