miércoles, 1 de octubre de 2008

De paseo por el ghetto


Sora Margherita es uno de los alicientes del ghetto romano... pero tiene muchos más. El viejo barrio se extiende paralelo al río. Entre el Tíber y la enigmática Via delle Botteghe Oscure (que flanquea Largo Argentina) discurre un entramado de callejas: sus curvas evocan antiguas edificaciones romanas, como los restos del teatro de los Balbo o, algo más allá, el de Pompeyo. Y en muchas casas vemos basas de columnas, sillares, restos epigráficos.
Paseando por el ghetto, por las estrechas calles y las fachadas desportilladas, parece que el tiempo se ha parado... Pero esto es sólo una ilusión, porque en los últimos años el viejo barrio judío se ha convertido en una de las zonas más exclusivas y cotizadas de la ciudad: sus vetustos palazzi, las recónditas plazuelas, la proximidad del hermoso Pórtico de Octavia, la majestuosa Sinagoga frente al río, rodeada de árboles, los locales de buena cocina... todo ha contribuido a cambiar el vecindario.
Me gusta pasear por el ghetto al caer de la tarde o por la noche, descubrir cada vez un rincón nuevo o detenerme en los más conocidos, como la bonita Piazza Mattei, en un extremo del barrio, con la famosa fuente delle tartarughe diseñada por Giacomo della Porta, aunque las tortugas son un añadido de Bernini. A mis hijos les hace mucha gracia. Y a tí, ¿te gusta?

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