
Una tarde más, un día cualquiera, un martes de noviembre. Sin pena ni gloria, sólo con mucho trabajo. No me apetece hacer cena, y en mi vida romana, tampoco. Me siento mucho más tentada a salir a dar una vuelta. Y mi propuesta para hoy es algo sencillo: acercarnos a la Piazza del Fico y tomar un aperitivo en el Bar, un típioc after work romano que ha estado cerrado, por las obras de la plaza, durante varios años, pero que ha abierto de nuevo sus puertas. Un vino relajado, un poco de charla entre amigos, ver a la gente y dejarse ver después de horas de oficina... ¿Tienes hambre? Pues a la vuelta está Da Francesco o si lo prefieres, aún más fácil, vayamos hacia la Via del Governo Vecchio a comprar un trozo de pizza al taglio, y a comerlo por la calle, antes de subir a casa y dormirnos frente a la tele...