
Las largas noches de junio son para disfrutar. También lo haría en mi vida romana. Hoy, después de un día caluroso (y decepcionante para los italianos, que vuelven a casa tras un mundial desastroso), la noche puede traer un poco de alivio: es el momento de salir a tomar el fresco y un prosecco. ¿Dónde? Pues al Testaccio, cerca del río, a alguno de los bares modernos de la zona. Vale, si os parece, antes una pizza en Nuovo Mondo o en Acqua e Farina...